
Cuando una asesoría se encuentra en fase de venta o traspaso, es fundamental tomar medidas estratégicas para evitar la fuga de clientes, ya que estos suelen ser sensibles a cambios que puedan generar incertidumbre sobre la continuidad y calidad del servicio.
Una de las primeras acciones que debe tomar el equipo directivo es la comunicación transparente. Informar a los clientes de manera oportuna sobre el proceso de venta o traspaso es esencial. Es importante que esta comunicación sea clara, tranquilizadora y transmita confianza, explicando que el cambio no afectará el nivel de servicio que han venido recibiendo. Los clientes deben sentir que se les tiene en cuenta y que sus intereses están protegidos. Además, es útil resaltar cualquier mejora o beneficio que podría surgir del traspaso, como la ampliación de servicios o la incorporación de nuevas tecnologías.
Paralelamente, se debe mantener la calidad del servicio durante todo el proceso. Es fundamental que los clientes no perciban una disminución en la atención o en la eficacia de los servicios que reciben. Para lograr esto, es crucial que el equipo de trabajo esté bien informado y motivado para mantener los estándares habituales, y en lo posible, mejorarlos. Un equipo comprometido y profesional es clave para garantizar la continuidad y para transmitir una sensación de estabilidad a los clientes.
Además, involucrar a los clientes clave en el proceso puede ser una estrategia eficaz. Esto no significa que se les deba dar acceso a todos los detalles del traspaso, pero sí que se les consulte sobre sus necesidades y expectativas a futuro. Esta participación puede generar un sentido de pertenencia y compromiso con la nueva etapa que la asesoría está por iniciar.
Finalmente, es importante gestionar bien el traspaso de relaciones. Si la venta implica un cambio en las personas que gestionan la asesoría, es vital que se realice una transición gradual en la que los clientes puedan conocer y familiarizarse con los nuevos responsables antes de que se produzca el cambio definitivo. Establecer un periodo de adaptación donde tanto los antiguos como los nuevos gestores trabajen juntos puede reducir la ansiedad de los clientes y asegurarles que están en buenas manos.
En resumen, para evitar la marcha de clientes durante un traspaso, es esencial manejar el proceso con transparencia, mantener la calidad del servicio, involucrar a los clientes clave y gestionar de manera cuidadosa la transición de relaciones. Todo ello contribuirá a preservar la confianza y la lealtad de los clientes durante este periodo de cambio.