
Comprar una asesoría implica varios riesgos que pueden afectar la rentabilidad y estabilidad del negocio. A continuación, detallamos los principales riesgos que debe considerar un comprador:
1. Pérdida de clientes
- Cambio de titularidad: Los clientes pueden desconfiar del nuevo propietario y optar por cambiar de asesoría.
- Falta de contratos sólidos: Si no existen contratos formales o acuerdos de permanencia, los clientes pueden marcharse fácilmente.
- Relaciones personales: En muchos casos, los clientes están vinculados al asesor anterior por relaciones personales y no por los servicios.
2. Responsabilidad por negligencias pasadas
- Errores fiscales o legales: El comprador podría enfrentar reclamaciones o sanciones derivadas de errores cometidos por el propietario anterior.
- Demandas de clientes: Si hubo mala praxis, el nuevo titular podría ser responsable si no se delimita claramente en el contrato de compraventa.
3. Plantilla no deseada o mal gestionada
- Empleados con bajo rendimiento: La plantilla heredada podría no adaptarse a la nueva gestión.
- Costes laborales: La indemnización por despidos o ajustes de personal puede ser costosa.
- Conflictos laborales: Posibles problemas con derechos adquiridos, antigüedad o desmotivación del equipo.
4. Valoración incorrecta del negocio
- Ingresos inflados: El vendedor podría haber maquillado las cuentas para aparentar mayor rentabilidad.
- Deudas ocultas: Existencia de pasivos no revelados o compromisos financieros desconocidos.
- Dependencia de pocos clientes: Un porcentaje alto de ingresos puede depender de unos pocos clientes clave.
5. Pérdida de confianza en el servicio
- Cambio de métodos de trabajo: Modificaciones en la forma de prestar servicios pueden generar descontento.
- Falta de adaptación tecnológica: Si la asesoría no está actualizada tecnológicamente, requerirá inversiones adicionales.
6. Aspectos legales y contractuales
- Contratos informales: La falta de documentación legal con proveedores o clientes puede generar incertidumbre.
- Licencias o permisos vencidos: Riesgo de operar sin cumplir normativas legales.
7. Desajuste en la cultura empresarial
- Incompatibilidad de gestión: Diferencias en los valores y la forma de trabajo pueden generar conflictos internos.
- Resistencia al cambio: La plantilla puede resistirse a nuevos procesos o tecnologías.
8. Obsolescencia tecnológica
- Sistemas anticuados: Invertir en modernizar software o equipos puede suponer un gasto elevado.
- Seguridad de datos: Posibles vulnerabilidades en la protección de datos de clientes.